café con neurosis
Crear nuevas mafias
Las mafias resquebrajan el Estado, y son difíciles de erradicar. Eso sí, para que nazcan sólo se necesita un grupo suficientemente estúpido que gobierne
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Las mafias no se crean porque, un mal día, un grupo de aviesos criminales decidan unirse en una empresa para ganar mucho dinero al margen de la ley. No. Las mafias nacen, o bien entre pobres y débiles para luchar contra unas injusticias denigrantes, que ... los poderosos observan con frialdad –e incluso las cometen–, o bien cuando los poderosos, no confiando en las leyes, crean policías oficiosas para defender sus intereses. El día que los campesinos sicilianos, hartos de que a sus hijas las violaran, sin ninguna consecuencia, decidieron unirse y tomar venganza, y el día que los poderosos propietarios de los limoneros crearan una policía paralela para evitar los robos, pusieron las bases de lo que sería la mafia siciliana: los campesinos, por un lado, y los policías ilegales negociando con los ladrones, por otro, montaron las bases de una organización criminal que todavía perdura.
Cuando el propietario de un piso okupado se entere de que no puede hacer casi nada para recuperarlo, y que si se le ocurre anular el contrato de la luz o del agua, encima, le pondrán una multa a él por dejar sin luz y sin agua a quien le ha robado su piso, comenzará un proceso de impotencia que le llevará a la desesperación, y la desesperación es mala consejera para tomar decisiones. Además, cerca del desesperado –cuya situación no es un secreto– podrá acercarse cualquiera, revestido de una caridad que puede calmar su sufrimiento, para ofrecerle una salida al conflicto. Previo pago de su importe, claro. Que siempre será un gasto bastante menor que el que una estúpida ley exige para recuperar lo suyo. El cliente no preguntará, porque sólo pagará a cambio de los resultados, y tendremos una mafia creada e incentivada por quienes promueven leyes estúpidas y desesperantes. Y no sólo esa mafia: dada la facilidad que la estúpida ley concede a los okupas, no es difícil adivinar que habrá otra mafia, una especie de GIPO (Guía Inmobiliaria de Pisos para Okupar) que, naturalmente, también cobrará, cuando el cliente esté establecido en el nuevo piso que le hayan proporcionado.
Y, antes de que algún leguleyo, perteneciente al sector de los tontos contemporáneos, sospeche que esto es una incitación a la creación de mafias, aclarémosle que es una mera descripción, basada en lo que ya ha ocurrido, desde los policías ilegales de los limoneros de Sicilia, que iban a impedir el escorbuto en la marinería del siglo XVIII, hasta los esplendorosos negocios causados por la ley seca.
Las mafias resquebrajan el Estado, y son difíciles de erradicar. Eso sí, para que nazcan sólo se necesita un grupo suficientemente estúpido que gobierne, sin importarle demasiado la solidez del Estado, y con la capacidad insolente para crear leyes estúpidas que bamboleen ese Estado, que cualquier Gobierno debe defender.
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